Una explicación sobre nuestro subconsciente de Bruce Lipton

Bruce Lipton es un biólogo celular conocido por sus investigaciones en el campo de la epigenética y su teoría de la biología de la creencia.
Lipton sostiene que nuestras creencias, pensamientos y emociones influyen directamente en nuestra biología, incluso a nivel celular. A través de sus estudios concluyó que el entorno y la mente consciente pueden cambiar la expresión genética, desafiando la idea de que estamos predeterminados por nuestros genes. Su enfoque combina la ciencia con la espiritualidad, especialmente en libros como la Biología de la creencia.

Las hormonas del estrés

Bruce Lipton explica que las hormonas del estrés, como el cortisol, afectan el sistema inmunológico porque el cuerpo prioriza la supervivencia inmediata en situaciones de estrés. Según Lipton, cuando estás bajo estrés, el cuerpo activa el modo de «lucha o huida» (respuestas de emergencia) y redirige la energía hacia los músculos y el cerebro, dejando de lado funciones como el sistema inmunológico. Esto ocurre porque, evolutivamente, la prioridad en una situación de peligro es escapar o enfrentarse a una amenaza, no combatir infecciones.

El sistema inmunológico, que requiere una gran cantidad de energía para funcionar, se suprime temporalmente durante estos episodios de estrés prolongado. Lipton sostiene que esta supresión es problemática si el estrés se vuelve crónico, porque debilita nuestras defensas naturales y aumenta la vulnerabilidad a enfermedades.

¿Qué quiere decir un sistema inmunológico débil? ¿Cómo se manifiesta físicamente?

Un sistema inmunológico débil significa que el cuerpo no tiene la capacidad suficiente para defenderse de agentes externos como virus, bacterias y otros patógenos de manera efectiva. Esto puede ocurrir debido a diversas razones, como estrés crónico, mala alimentación, falta de sueño, o condiciones médicas subyacentes.

Físicamente, un sistema inmunológico debilitado puede manifestarse de varias maneras, como:

  1. Infecciones recurrentes: Las personas con un sistema inmune débil tienden a sufrir de resfriados, gripes o infecciones más a menudo y con mayor duración.
  2. Lentitud en la recuperación: Las heridas o cortes pueden tardar más tiempo en sanar.
  3. Cansancio crónico: La fatiga persistente puede ser un signo de que el cuerpo está luchando constantemente contra infecciones, incluso si no son obvias.
  4. Alergias o sensibilidades: El sistema inmunológico puede reaccionar de manera exagerada o inadecuada a sustancias normalmente inofensivas, como el polen o ciertos alimentos.
  5. Problemas digestivos: Diarrea frecuente, gases o calambres abdominales pueden estar relacionados con un sistema inmune debilitado, ya que gran parte de la inmunidad se encuentra en el intestino.
  6. Enfermedades graves o infecciones más complicadas: Un sistema inmune débil puede hacer que infecciones simples se conviertan en problemas más graves o complicados.

Estos síntomas indican que el cuerpo no está funcionando al máximo de su capacidad para protegerse, lo que puede poner en riesgo la salud a largo plazo.

¿Cómo podemos fortalecer el Sistema Inmunológico?

  1. Reducir el estrés: Lipton destaca que el estrés crónico es uno de los principales factores que debilitan el sistema inmunológico. Practicar técnicas de manejo del estrés, como la meditación, el yoga, la respiración profunda o pasar tiempo en la naturaleza, ayuda a reducir los niveles de cortisol y otras hormonas del estrés que afectan negativamente al sistema inmune.
  2. Creencias y pensamientos positivos: Según Lipton, nuestras creencias influyen en nuestra biología. Él promueve el poder de la mente positiva, argumentando que cambiar las creencias negativas o limitantes por pensamientos y actitudes positivas puede mejorar la función inmunológica. El optimismo y una mentalidad positiva ayudan a reducir el estrés y promueven un estado físico más saludable.
  3. Ambiente saludable: Lipton insiste en que el entorno en el que vivimos, tanto físico como emocional, impacta directamente en nuestra salud. Estar en entornos que nos aporten bienestar, rodearse de personas que nos apoyen y crear un hogar libre de tensiones puede tener efectos beneficiosos sobre el sistema inmune.
  4. Cuidado físico: Aunque Lipton pone un gran énfasis en el poder de la mente, también reconoce que llevar un estilo de vida saludable es crucial. Esto incluye mantener una dieta equilibrada, hacer ejercicio regularmente, dormir bien y cuidar el cuerpo para darle las mejores condiciones para que el sistema inmunológico funcione adecuadamente.
  5. Terapias energéticas y sanación holística: Lipton también sugiere que técnicas como la medicina energética, la acupuntura o la sanación holística pueden ayudar a equilibrar el cuerpo y la mente, promoviendo un sistema inmunológico más fuerte.

En resumen, Lipton defiende un enfoque integral para fortalecer el sistema inmunológico, que combina la reducción del estrés, el cambio de creencias limitantes, un ambiente positivo y el cuidado físico para mantener la salud óptima.

Analogía del Juego de Pac Man
Lipton describe el cerebro humano como un órgano que, en condiciones normales, está diseñado para la creatividad, el aprendizaje y el crecimiento. Pero cuando se activa el estrés, la reacción del cuerpo es similar a la estrategia defensiva de Pac-Man en el juego: en lugar de perseguir los puntos (objetivos creativos o de desarrollo), el personaje se enfoca en huir de los fantasmas (amenazas).
Esto es lo que sucede en el cerebro:

  1. Modo de crecimiento vs. modo de defensa: En situaciones de calma, el cerebro está en un «modo de crecimiento», lo que significa que la energía fluye hacia funciones cognitivas superiores como la creatividad, la solución de problemas y la construcción de relaciones. Este es el equivalente a Pac-Man recogiendo puntos, concentrado en avanzar.
  2. Activación del modo de defensa: Cuando el cerebro detecta una amenaza, cambia al «modo de defensa». Las hormonas del estrés, como el cortisol, se liberan y redirigen la energía del cuerpo hacia las respuestas de «lucha o huida», lo que implica una reducción en la actividad del lóbulo prefrontal, la parte del cerebro responsable del pensamiento racional y la creatividad. En términos de Pac-Man, es cuando el jugador deja de enfocarse en recolectar puntos y se centra en escapar de los fantasmas. Aquí el cerebro deja de ser creativo y se enfoca en la supervivencia.
  3. Impacto a largo plazo: Lipton señala que si estamos constantemente en este «modo de defensa» debido a un estrés crónico, nuestra capacidad para crecer, sanar y crear se ve afectada. Pasamos demasiado tiempo en una respuesta reactiva, lo que limita nuestra capacidad de aprender, adaptarnos o disfrutar de la vida.

En resumen, Bruce Lipton utiliza la metáfora de Pac-Man para ilustrar cómo el cerebro alterna entre dos estados: uno de crecimiento y creatividad, y otro de defensa y reacción ante amenazas. Si estamos demasiado tiempo en el «modo de defensa», nuestra capacidad para ser creativos y prosperar se ve comprometida, lo que puede afectar nuestra salud física y emocional.

Nuestra mente consciente y subconsciente

Bruce Lipton compara la mente consciente y la mente subconsciente con la forma en que aprendemos a conducir un auto y cómo lo manejamos con el tiempo. Aquí te explico su analogía:

  1. Mente consciente: Lipton dice que esta parte de nuestra mente es como cuando estamos aprendiendo a conducir. Al principio, estamos muy conscientes de cada movimiento: mirar los espejos, pisar el acelerador, cambiar de marcha, etc. En este estado, la mente consciente está enfocada en aprender nuevas habilidades, hacer elecciones deliberadas y prestar atención al entorno. Es el estado en el que pensamos activamente, planificamos y tomamos decisiones. La mente consciente está presente cuando estamos concentrados en algo nuevo o cuando estamos desarrollando una tarea con mucha atención.
  2. Mente subconsciente: Lipton explica que, después de un tiempo de práctica, la conducción se vuelve automática. Ya no pensamos en cada pequeño movimiento al manejar; simplemente lo hacemos de forma automática. Esta es la mente subconsciente en acción. La mente subconsciente es como el piloto automático: repite hábitos, creencias y comportamientos aprendidos sin que tengamos que pensar conscientemente en ellos. Es extremadamente poderosa y opera la mayor parte del tiempo en segundo plano, haciéndonos reaccionar y actuar de acuerdo con patrones que ya hemos internalizado.

Comparación con el manejo del auto:

  • Cuando aprendemos a conducir, usamos la mente consciente para estar atentos y aprender, pero una vez que la habilidad se ha incorporado, la mente subconsciente toma el control, permitiéndonos manejar sin pensar activamente en cada paso.
  • De manera similar, en la vida cotidiana, solemos operar la mayor parte del tiempo con la mente subconsciente, que actúa sobre hábitos y creencias programadas, mientras que la mente consciente solo toma el control cuando algo nuevo o inesperado ocurre, o cuando decidimos hacer un cambio consciente.

Lipton también menciona que, aunque la mente consciente puede ser creativa y flexible, la mente subconsciente es más rígida, ya que está formada por patrones repetitivos. Es por eso que cambiar los hábitos o creencias que están profundamente enraizados en el subconsciente requiere esfuerzo y conciencia. Según Lipton, es importante reprogramar la mente subconsciente con creencias y hábitos positivos para mejorar nuestra vida, porque la mayoría de nuestras acciones diarias están dirigidas por esta parte de la mente.

En resumen, la mente consciente es como cuando estamos aprendiendo a conducir (activa, consciente y en control), y la mente subconsciente es como cuando ya manejamos de manera automática, operando en segundo plano, repitiendo patrones y hábitos sin que nos demos cuenta.

¿Cómo se revierte la programación que nos dieron hasta los 6 años?

Según Bruce Lipton, la programación que recibimos durante los primeros seis años de vida está profundamente arraigada en el subconsciente, ya que durante ese tiempo el cerebro está en un estado de ondas cerebrales conocido como theta. Este estado es muy receptivo a las influencias del entorno, y muchas de nuestras creencias, hábitos y patrones de comportamiento se graban sin que seamos conscientes de ello.

Para revertir o reprogramar esta programación, Lipton sugiere varios métodos clave:

  1. Conciencia plena (Mindfulness): El primer paso para cambiar patrones subconscientes es ser consciente de ellos. Esto implica prestar atención a tus pensamientos automáticos, emociones y reacciones, identificando los patrones que están arraigados en la infancia y que pueden estar saboteando tu bienestar actual.
  2. Hipnosis: Lipton explica que, debido a que las ondas cerebrales theta son similares a un estado de trance, la hipnosis puede ser una herramienta poderosa para acceder al subconsciente. La hipnosis ayuda a introducir nuevas creencias y patrones directamente en el subconsciente, donde está alojada la programación temprana.
  3. Repetición y práctica: El subconsciente aprende a través de la repetición. Lipton sugiere el uso de afirmaciones o nuevas conductas que se repitan regularmente para que el subconsciente las adopte. De forma similar a cómo aprendemos nuevas habilidades, repetir nuevos pensamientos o comportamientos puede reprogramar el subconsciente con el tiempo.
  4. Técnicas de reprogramación energética: Lipton menciona técnicas como la PSYCH-K o la EFT (Emotional Freedom Technique), que combinan enfoques energéticos con la psicología para acceder al subconsciente y cambiar creencias limitantes de manera rápida y eficaz.
  5. Visualización creativa: Visualizar de manera clara y vívida lo que deseas lograr o cambiar en tu vida puede tener un impacto en el subconsciente. Si visualizas un resultado positivo con suficiente detalle y emoción, tu mente subconsciente comenzará a aceptar esa nueva realidad como una posibilidad, ayudándote a crear los cambios que buscas.
  6. Ambiente positivo: Según Lipton, tu entorno tiene un gran impacto en tus creencias y comportamientos. Al rodearte de personas, situaciones y estímulos positivos, puedes reducir la influencia de la programación negativa y crear un contexto que apoye tu nueva mentalidad.

En resumen, Lipton sugiere que la programación subconsciente que adquirimos en la infancia se puede cambiar mediante métodos que incluyen hipnosis, repetición de nuevos hábitos, conciencia plena y técnicas energéticas, siempre enfocándonos en crear un entorno que refuerce el cambio positivo.

Subconsciente y Reprogramación

Según Bruce Lipton, no somos víctimas de nuestra herencia genética, ya que nuestras creencias y el entorno en el que crecemos tienen un gran impacto en cómo se expresan nuestros genes. Durante los primeros seis años, estamos en un estado en el que absorbemos información sin filtro (ondas Delta y Theta), lo que significa que el entorno, las creencias de nuestros padres y las experiencias tempranas juegan un papel crucial en nuestra programación subconsciente.

Esta programación subconsciente no solo afecta nuestro comportamiento, sino también cómo nuestros genes se activan o desactivan. Lipton sostiene que, aunque heredemos ciertos genes, nuestro entorno y nuestras creencias pueden influir en cómo esos genes se expresan. Por ejemplo, una persona puede tener una predisposición genética a una enfermedad, pero si sus creencias y su entorno son saludables, es posible que ese gen nunca se active.

¿Cómo revertir esta programación?

Lipton sugiere que para cambiar la programación subconsciente que adquirimos durante estos primeros años, necesitamos acceder a estados cerebrales como las ondas Theta, que se pueden alcanzar a través de técnicas como la meditación, hipnosis, visualización y prácticas energéticas. La psilocibina, como mencionamos antes, también puede ayudar al aumentar la neuroplasticidad, lo que permite reprogramar creencias limitantes.

Cambios del cerebro en las ondas cerebrales durante el desarrollo

  • Delta (0-2 años):
    En esta etapa, el cerebro del bebé opera principalmente en ondas Delta, asociadas con el estado más profundo de subconsciencia. Los bebés absorben información de su entorno sin cuestionar ni analizar, formando la base de su programación subconsciente.
  • Theta (2-6 años):
    Durante estos años, el cerebro del niño entra en un estado Theta, caracterizado por la imaginación y una gran receptividad. Es un periodo clave en el que las creencias y los comportamientos observados se almacenan en el subconsciente de manera automática.
  • Alpha (6-12 años):
    A partir de los 6 años, las ondas Alpha comienzan a dominar, asociadas con un estado de consciencia tranquila y relajada. Los niños empiezan a ser más analíticos, pero todavía se ven muy influenciados por la programación subconsciente adquirida en los primeros años.
  • Beta (12 años en adelante):
    Después de los 12 años, el cerebro empieza a operar principalmente en ondas Beta, vinculadas a la actividad mental consciente, la resolución de problemas y la toma de decisiones. En este estado, las personas son más conscientes de su entorno y de sus acciones, aunque la influencia del subconsciente sigue presente.

    Bruce Lipton explicó los diferentes estados cerebrales (Delta, Theta, Alpha, y Beta) durante el desarrollo infantil para resaltar cómo los primeros años de vida son cruciales en la formación del subconsciente. Según Lipton, entre los 0 y 6 años, el cerebro de los niños funciona principalmente en ondas Delta y Theta, que son estados altamente receptivos y similares a la hipnosis. Durante este tiempo, los niños absorben sin filtros las creencias, comportamientos y emociones de su entorno, creando una «programación» subconsciente que influirá en su vida adulta.

    Lipton sostiene que no somos víctimas de nuestra genética o de nuestras circunstancias, sino que la mayoría de nuestras creencias y patrones de comportamiento fueron programados en esos primeros años de vida. La clave para cambiar nuestras vidas, según él, es reprogramar nuestro subconsciente, que ha estado funcionando como un piloto automático basado en la información que recibimos en la infancia.

    Esta explicación es fundamental en su teoría de la epigenética, que afirma que nuestros genes no determinan nuestro destino, sino que nuestras creencias y el entorno que elegimos influyen en la forma en que se expresan esos genes.

 

 

 

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