La neuroplasticidad es la habilidad del cerebro para reorganizarse, tanto estructural como funcionalmente, en respuesta a nuevos aprendizajes, experiencias, y hasta cambios en el ambiente. Dispenza menciona que cuando rompemos los ciclos de pensamientos y emociones repetitivos, estamos facilitando este proceso de reconfiguración cerebral.
¿Cómo funciona?
Cuando repetimos un pensamiento o emoción, las neuronas en nuestro cerebro forman circuitos más fuertes para facilitar ese proceso. Si siempre reaccionamos con estrés, por ejemplo, los circuitos que gestionan el estrés se fortalecen. Sin embargo, cuando interrumpimos este ciclo, el cerebro puede crear nuevas conexiones.
Interrumpir los viejos patrones:
Esto se logra al tomar conciencia de los pensamientos y emociones que deseamos cambiar. Para Dispenza, la meditación es una herramienta clave para aumentar esta conciencia y poder detectar cuándo estamos repitiendo esos patrones.
Crear nuevos pensamientos y emociones: Una vez que interrumpimos el viejo patrón, necesitamos reemplazarlo por uno nuevo. Esto implica no solo pensar diferente, sino sentir las emociones asociadas a ese nuevo pensamiento. Por ejemplo, si deseamos sentir más gratitud en lugar de estrés, debemos visualizar situaciones que nos hagan sentir agradecidos y experimentar esa emoción como si fuera real.
Repetición y enfoque: Al practicar este nuevo patrón de pensamientos y emociones de manera constante, las nuevas conexiones neuronales comienzan a formarse, y el viejo patrón se debilita. Con el tiempo, el nuevo hábito mental se consolida, y se convierte en el estado predominante de nuestra mente.
Relación con la meditación
Dispenza enfatiza que la meditación es esencial para facilitar este cambio. Meditar permite a las personas desacelerar su actividad cerebral y entrar en un estado más receptivo, lo que facilita la creación de nuevas redes neuronales. En un estado de meditación profunda, el cerebro no distingue entre una experiencia real y una imaginada; por lo tanto, es posible entrenarlo para aceptar una nueva realidad emocional y mental sin que los eventos externos hayan cambiado todavía.
Impacto en la vida diaria
A través de la neuroplasticidad, Dispenza sostiene que podemos cambiar profundamente nuestras respuestas automáticas y comportamientos. Si una persona suele reaccionar con ansiedad frente a ciertos estímulos, mediante la práctica de nuevos pensamientos y emociones puede comenzar a responder con calma o gratitud en lugar de ansiedad. Con el tiempo, estos cambios no solo afectan la mente, sino también el cuerpo, mejorando la salud general y el bienestar emocional.
En resumen, la neuroplasticidad permite a las personas liberarse de sus viejos hábitos de pensamiento y emoción, y construir una vida más alineada con sus objetivos y deseos, al crear nuevos caminos neuronales.